Nuestro cliente, una ONG de EE. UU., administra programas de verano en los EE. U.U. para estudiantes chinos. Un agente en China promovió sus programas en el extranjero. Pero cuando la ONG intentó abrir sus oficinas en China, descubrieron que el agente ya había registrado su marca. LITAO sirvió como su intermediario.
*No podemos revelar los nombres reales de las compañías por este medio, pero en caso de necesitar información adicional favor de contactarnos.
La primera reacción en tal situación puede ser un sentimiento inmediato de traición. La ONG ni siquiera podía usar su propio logotipo como promoción ya que la marca había sido registrada. Puede parecer una acción justificada el confrontar al agente en cuestión con acusaciones directas, pero LITAO alentó a la organización a mantener la calma. Sabíamos que los derechos de propiedad intelectual funcionaban de manera diferente en China y nuestros abogados confirmaron lo mismo. Aconsejamos una estrategia de comunicación para tantear las aguas. Como resultado, descubrimos que el agente había registrado la marca en beneficio de la ONG y de ellos mismos, con la intención de evitar que otras organizaciones chinas falsificaran sus programas, algo muy común en China.
Las disputas por marcas registradas, si salen mal, pueden costar enormes cantidades de dinero. El sistema judicial chino favorece a la compañía china que la registró primero, pero como había buena voluntad de ambas partes, el agente acordó transferir los derechos de propiedad intelectual a la ONG de forma gratuita. Los dos se comprometieron a una mayor cooperación. Esto no habría ocurrido si la estrategia de comunicación hubiera sido a través de culpas y acusaciones.